El jurado que ha juzgado en Ciudad Real a un hombre acusado de matar a su pareja sentimental y ocultar su cuerpo en el canapé de una cama en Villarrubia de los Ojos, en diciembre de 2020, lo ha declarado culpable de un delito de asesinato con el agravante de alevosía, parentesco y violencia de género.
El jurado ha acordado, por unanimidad, que el procesado es culpable de estos delitos y ha descartado el atenuante de haber actuado bajo los efectos del consumo de drogas y alcohol, que reclamaba su abogado defensor.
Asimismo, los miembros del jurado lo han considerado culpable de un delito de estafa, ya que después de matar a su pareja sentimental sacó de un cajero 1.000 euros de la cuenta bancaria de la víctima.
La Fiscalía pide 25 años de presión
Tras conocer el veredicto, la Fiscalía ha mantenido la petición de que el procesado sea condenado a 25 años de prisión por el delito de asesinato con las agravantes, y a otros 21 meses de cárcel por el delito de estafa, así como que pague una indemnización a los familiares de la víctima de unos 430.000 euros.
El Gobierno de CLM, prisión permanente revisable
A esta petición, se ha adherido la acusación popular ejercida por el Gobierno de Castilla-La Mancha, mientras que la acusación particular, que representa a los hijos de la víctima, ha solicitado que se le imponga al acusado la pena a prisión permanente revisable.
Por su parte, el abogado defensor del condenado, que había pedido una condena para su cliente por el delito reconocido de homicidio, ha pedido al presidente del tribunal del jurado, que impongan al condenado la pena «con el grado mínimo admisible» y que tenga en cuenta el arrepentimiento mostrado por su cliente en la sesión inicial y en al final del juicio.
Según han mantenido las acusaciones en la vista, los hechos ocurrieron el 27 de diciembre de 2020 en la casa en la que vivía la pareja después de que ambos mantuvieran una fuerte discusión, cuando el condenado aprovechó que la mujer pasó a su habitación para vestirse, para entrar en la estancia tras ella y de manera repentina, atacarla con un arma blanca de hoja monocortante de aproximadamente de siete centímetros.
El condenado le asestó una puñalada certera y mortal que lesionó su arteria carótida izquierda común y posteriormente el tronco braquiocefálico derecho, lo que le provocó la muerte inmediata por shock hemorrágico.
Después, introdujo el cuerpo sin vida de la mujer en el canapé de la cama, dejándolo boca abajo en su interior, bajando el colchón y tapándolo con la colcha para ocultar la gran cantidad de sangre, tras lo cual salió del dormitorio y dijo a la amiga de la pareja y al menor que se encontraban en la vivienda que pronto saldría de la habitación.
Seguidamente, abandonó el domicilio en su vehículo y se llevó consigo la cartilla bancaria de su pareja con la que realizó dos extracciones de dinero de un cajero de 800 y 200 euros, al conocer el número secreto, y se dirigió a Villarta de San Juan, donde fue detenido en un bar sobre las 21:30 horas de ese mismo día.