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jueves, 25 de abril de 2024
Aún no se conocen quién o quiénes fueron los culpables - 15 mayo 2017 - Castilla-La Mancha
César del Río César del Río

Ha transcurrido un año, sí, y todavía no sabemos quién o quiénes fueron los desalmados que el viernes 13 de mayo de 2016 prendieron fuego a unas ruedas y provocaron uno de los mayores desastres ecológicos y medioambientales, y quebraderos de cabeza, que hemos conocido en Castilla-La Mancha no ya en los últimos años, sino siempre. El cementerio ilegal de neumáticos ubicado entre Seseña (Toledo) y Valdemoro (Madrid) hizo que la columna de humo originada se viera desde la capital de España durante varios días porque, como pueden entender, las ruedas ardieron, ardieron, ardieron y ardieron todavía más…

Un cementerio ilegal de neumáticos que todavía no es historia

90.000 toneladas de caucho que fueron pasto de las llamas y otras 9.000 que se «salvaron» por el inmenso trabajo que llevaron a cabo todos aquellos que participaron en la extinción, que fueron muchos, comenzando por los Bomberos, y que una vez pasado el desastre, como dicen los vecinos ahora, «estamos en la gloria, nos hemos quitado una preocupación de encima». O, lo que es lo mismo, muerto el perro se acabó la rabia. Sí, el desastre lo fue en toda regla, pero si no llega a ser por ello pues a lo mejor seguiría existiendo a estas alturas el mayor cementerio ilegal de ruedas de caucho de toda Europa.


Al menos hay consuelo.

Pero lo que no tiene mucha lógica es que hayan transcurrido 52 semanas, o 12 meses, o ya más de 365 días, y todavía no sepamos a quién le interesaba quitárselos de encima y, lo más importante, por qué y quiénes lo llevaron a cabo. Es la única incógnita que queda por saber, y la más importante, después de que se hayan retirado más de 20.000 toneladas de ceniza y nos haya costado casi cinco millones la broma. Broma muy pesada, por cierto.

Porque, curiosamente, el incendio se originó apenas cuatro días después de que la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha llegara a un acuerdo con una empresa para la retirada y limpieza de los neumáticos.

Hasta ahora solo hemos conocido, a no ser que la investigación guarde secretos que aún están en los cajones judiciales, que había un sospechoso que merodeaba con una furgoneta por la zona unas horas antes, pero nada más. Ni se conoce su identidad ni nada que dé una pista fehaciente.

Y esa es la gran asignatura pendiente que se ha de resolver. Yo soy de los que no dudo en que el o los culpables serán identificados, localizados y detenidos. Porque de lo contrario el cementerio ilegal de neumáticos de Seseña continuará ardiendo por mucho que ya no veamos el fuego.

@CesardelRioPolo

cesardelrio@encastillalamancha.es

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