jueves, 28 de marzo de 2024
Los dos nombres del fin de semana en CLM - 12 junio 2017 - Toledo
César del Río César del Río

Luis Pérez y Timoteo Mendieta son los dos nombres del fin de semana en Castilla-La Mancha. Al menos para mí.

El primero es un misionero javeriano toledano que da su vida por quienes lo pasan mal en Sierra Leona, en esa África que nos pilla tan cerca pero tan lejos y que desde que tengo uso de razón es pobre de solemnidad. Frases como «ayudar a los negritos de África» o similares las tenemos en la memoria, dentro del ilimitado catálogo que se nos queda para siempre en la memoria. Y la cosa sigue igual. Esto es como un déjà vu continuo, África siempre está pobre, por los años de los años… Da igual que sea el siglo XX que el XXI y pasará lo mismo en el XXII aunque nosotros ya no estemos aquí para contarlo.


[ze_summary text=»A Luis Pérez le pilló la guerra civil primero y hace años le costó incluso un secuestro del que pensaba que no iba a salir. Vivió la muerte en vida, pero sobrevivió»]A Luis Pérez le pilló la guerra civil primero y hace años le costó incluso un secuestro del que pensaba que no iba a salir. Vivió la muerte en vida, pero sobrevivió[/ze_summary] 

A Luis Pérez le pilló la guerra civil primero y hace años le costó incluso un secuestro del que pensaba que no iba a salir. Vivió la muerte en vida, pero sobrevivió. Años más tarde hizo frente a otra «guerra», una que en esta ocasión ni se la veía venir porque no avisó, que se llama ébola. Un virus que en 2014 mató a otro de sus colegas, Miguel Pajares, de La Iglesuela (Toledo), y que Pérez «saludó» de cerca.

El viernes 9 estuvo en Toledo, charlando con quien quisiera escucharle. Salón abarrotado, claro. Cada cierto tiempo regresa a su tierra para coger aire, pero tiene claro que ni salió ni saldrá de Sierra Leona por patas solo porque la situación sea lo más parecido al infierno. «Claro que puedes irte», dijo el otro día, «pero la coherencia de la vida te hace estar ahí. Con qué cara voy a irme del país y luego volver, incluso cuando hagas poco».

Y no es poco lo que hace, vamos…

[ze_summary text=»Las agallas de Timoteo tuvieron herencia en la de su hija Ascensión, quien con 88 años se subió a un avión con destino a Buenos Aires para…»]Las agallas de Timoteo tuvieron herencia en la de su hija Ascensión, quien con 88 años se subió a un avión con destino a Buenos Aires para…[/ze_summary] 

El segundo es una persona que dio la vida por mantenerse fiel a sus ideas. Eran años completamente diferentes a los actuales, situaciones incomprensibles, muertes absurdas… A Timoteo Mendieta lo mataron por ser, en ese momento, presidente de la UGT de su pueblo, Sacedón (Guadalajara). Año 1939. Fue fusilado porque sí y enterrado en una fosa común. Como las 120.000 que se calcula que hay en España.

Las agallas de Timoteo tuvieron herencia en la de su hija Ascensión, quien con 88 años se subió a un avión con destino a Buenos Aires para testificar ante una jueza argentina porque en España como que los tribunales no la hacían ni caso. Ella quería encontrar los restos de su padre, como les sucede a numerosos españoles hoy (si a mí me ocurriera lo mismo también pelearía hasta la extenuación para que los encontraran, identificaran y me los devolvieran, y eso no sería regresar a la Guerra Civil), y nadie pudo pararla. Afortunadamente.

Luis Pérez y Timoteo Mendieta, se consiguió…

Y lo consiguió. El viernes 9, horas antes de que el otro protagonista de esta columna de opinión, Luis Pérez, contara cómo sobrevivió a la muerte, un laboratorio confirmaba que los restos exhumados en el cementerio de Guadalajara eran los de Timoteo.

Me pongo en la piel de Ascensión y se me pone una sonrisa de oreja a oreja. Hay veces que sí, que la vida es bella.

@CesardelRioPolo

cesardelrio@encastillalamancha.es

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