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25/10/2011junio 14th, 2017

Vicente Tirado y Jesús Fernández Vaquero, los hombres de confianza de María Dolores de Cospedal y Emiliano García-Page, practican un estilo político muy parecido y mantienen entre ellos una línea de diálogo permanentemente abierta.

Los dos manchegos, de La Mancha toledana. Los dos entraditos en kilos. Los dos de carácter afable: no es fácil que se enfaden, pero es mejor no estar cerca cuando lo hacen. Partidarios del diálogo incluso en los peores momentos, dados a largas conversaciones de mesa y mantel en las que suelen llevar a su terreno al que está al otro lado. Utilizan para «cazar» más la estrategia de la miel que la de la hiel, aunque no les asusta emplear su poder, que es mucho en el seno de sus partidos, con todas sus consecuencias.


Son Vicente Tirado, secretario general del PP en Castilla-La Mancha y el más joven de los dos, que aún no llega a los 50; y Jesús Fernández Vaquero, el veterano de la pareja, quien se va acercando a los 60. Tirado, el hombre de confianza de la presidenta de Castilla-La Mancha y secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal. Fernández Vaquero, un seguro de vida para Emiliano García Page, en cuya Ejecutiva provincial ocupa el segundo peldaño, el de vicesecretario general. Ambos son dueños y señores de las listas, pocas cosas pasan en sus organizaciones sin que ellos las conozcan y las aprueben.

La propia Cospedal, en el acto de presentación de encastillalamancha.es, se refirió a ambos bromeando. Evidentemente, vino a decir la presidenta regional, «en Castilla-La Mancha, el PP y el PSOE tienen al frente hombres de peso». Son los que mandan y mandan mucho. Tirado, por primera vez desde el poder autonómico. Fernández Vaquero, ahora en la oposición.

Incluso en los peores momentos de tensión política entre el PSOE y el PP en Castilla-La Mancha, Tirado y Fernández Vaquero mantuvieron las formas. El socialista nunca practicó el tiro al hombre con la oposición; de hecho, buscó acuerdos políticos en las instituciones gobernadas por los socialistas toledanos y ofreció, a cambio, cierta comodidad a los que ejercían la oposición.

Hoy Tirado paga con la misma moneda. Mientras que las relaciones entre ambos partidos en los niveles regionales son inexistentes, en Toledo las cosas se siguen hablando. Los dos quedan a comer de vez en cuando. Unas veces solos, otras acompañados por Page y Arturo García-Tizón, presidente provincial del PP y de la Diputación de Toledo. En otras ocasiones varía el formato y los comensales, depende del tema a tratar.

No sé si su relación es de amigos. Diría que sí, aunque cada uno sabe cuál es su sitio. Y también que quizá un día sean los hombres de armas en una batalla Cospedal-Page que nadie ve clara pero que nadie descarta. Todo depende. Tampoco descarto que de vez en cuando se ayuden frente a sus propios «enemigos» internos. Hay veces que el destino obliga y toca enfrentarse. Entonces hay que acudir al teléfono rojo. Hasta ahora las hostilidades no han pasado de eso y no se ha acabado en guerra entre ellos.

Tirado no está en el Gobierno, pero influye más en el Ejecutivo que cualquiera de sus miembros, tanto en las Consejerías como en la propia presidenta. Es a quien más escucha. Ella le descubrió cuando estaba prácticamente fuera de juego en el tablero del poder político de su partido.

Fernández Vaquero es un cargo provincial del partido, pero ser el guardián de Page y su principal consejero hace que sus movimientos estén bajo vigilancia por los socialistas de todas las provincias. Sus opiniones se miran con lupa. Y su experiencia le hace más necesario que nunca en momentos de desconcierto para el PSOE castellano-manchego.  

Cualquier periodista estaría dispuesto a pagar la comida con tal de poder escuchar lo que se habla en esa mesa. Quien suscribe, desde luego. Ahí queda la oferta.

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