Más de 2.500 plantas de marihuana ocultas en dos naves de Menasalbas (Toledo)
Utilizaban reflectores, transformadores, cuadros eléctricos, balastros, sistemas de riego, aires acondicionados, ventiladores, lámparas, circuitos de ventilación y filtros de olores, con lo que conseguían mejorar la gestión de los cultivos con sofisticados sistemas que permitían una producción permanente de cosechas de cannabis durante todo el año