La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Toledo ha condenado a Adrián B.R., el joven que robó una escopeta y disparó a una mujer, Ángela, a la que no conocía de nada cuando esta caminaba por la calle Cañada de Alfares, en Talavera, en unos hechos que ocurrieron el 8 de julio de 2014, a 10 años de cárcel por tres delitos: siete años y medio por asesinato en grado de tentativa, dos años por robo con fuerza y seis meses por tenencia ilícita de armas, tal y como ha comunicado hoy el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha.
Además, Adrián no podrá aproximarse a Ángela a menos de 500 metros de su domicilio, lugar de trabajo o cualquier otro frecuentado por ella, así como comunicarse por cualquier medio, por tiempo superior a 10 años al de la duración de la pena de prisión impuesta. Y tendrá que indemnizarla con 281.604 euros por el tiempo que tardó en curar sus lesiones y secuelas.
También tendrá que indeminzar a Victoria Zamora con 2.000 euros por el tiempo que tardó en curar sus lesiones. Victoria es una ama de casa que también pasaba por allí y a la que un balín le entró de rebote, sufriendo heridas en el codo, «tengo secuelas en el oído, el balín aún está en el interior del codo y no duermo bien por las noches desde ese día, el médico de cabecera me daba pastillas y ahí sigo. Muchas veces me despierto asustada por las noches».
[ze_summary text=»Una vez en su interior, entró por una ventana y sustrajo un rifle propiedad del dueño del inmueble, el conocido empresario talaverano Vicente Machuca Hesse»]Una vez en su interior, entró por una ventana y sustrajo un rifle propiedad del dueño del inmueble, el conocido empresario talaverano Vicente Machuca Hesse[/ze_summary]
El Tribunal considera probado que sobre las 22 horas del 8 de julio de 2014, con el ánimo de obtener un beneficio patrimonial ilícito, Adrián fue a la calle Cañada de Alfares y llamó al portero automático, logrando que le abrieran «y subiendo hasta la planta octava, accediendo a la zona del tejado a través de una pequeña ventana, descolgándose desde el tejado agarrado a la tubería del gas hasta la zona de balcones del séptimo D».
Una vez en su interior, entró por una ventana y sustrajo un rifle propiedad del dueño del inmueble, el conocido empresario talaverano Vicente Machuca Hesse, que este guardaba en un armario de madera que estaba cerrado con llave, la cual encontró tras registrar los cajones, así como una bala para dicha arma.
Disparó a una mujer que por allí caminaba…
Una vez que tenía el rifle, abandonó la vivienda «a través del balcón que da a la parte trasera del edificio, saltando a la azotea de la finca y bajando hasta el portal. Una vez allí, apuntó con el rifle y disparó a un peatón que por allí caminaba», alcanzando a Ángela, «produciéndola un traumatismo cráneo-encefálico grave, requiriendo para su curación, además de una primera asistencia facultativa de tratamiento médico-quirúrgico, tardando en sanar 35 dáis de hospitalización y 416 días impeditivos».
Entre las secuelas que le han quedado a Ángela, quien el día del juicio dijo «me veo y no me gusto», están: «Pérdida de sustancia ósea que requiere craneoplastia; persisten algunos fragmentos óseos y algunos restos metálicos en parénquima hemisferio derecho; trastorno adaptativo ansioso-depresivo; déficit de agudeza auditiva; hipoestesia en rama dento mandibular izquierda del trigémino; disestesias hipoestesia en región distal del primero y segundo dedo de la mano izquierda; disestesias en primer dedo del pie izquierdo; y perjuicio estético moderado por discretas asimetrías faciales y corporales».
Ángela tiene reconocida un grado total de discapacidad del 40 por 100.
Además, no ve ninguna responsabilidad civil subsidiaria para el propietario del arma, Vicente Machuca Hesse, porque «al tratarse de un robo en casa habitada y no tener el autor del disparo relación alguna de dependencia o empleo con el propietario de la vivienda y del arma sustraída, no cabe de ninguna forma extender la responsabilidad civil al amparo de dicho precepto».